Alimentarnos es una de nuestras necesidades básicas, todos los seres vivos la necesitamos para llevar a cabo nuestras funciones diarias como crecer, repara tejidos, energía para realizar nuestras funciones básicas y todas las actividades en el diario vivir. Y definitivamente nuestra alimentación va a influir directamente en nuestro bienestar tarde o temprano, muchas enfermedades se previenen o aparecen dependiendo de nuestras elecciones a la hora de alimentarnos.
Ahora sabemos que para una buena salud, la nutrición es muy importante, sin embargo no es lo único, solo la mitad; la otra mitad depende de cómo nuestras emociones, creencias y pensamientos tienen un impacto directo sobre cómo asimilamos, digerimos y quemamos calorías.
Sí, es algo un poco difícil de creer, pero es así, nuestras emociones con la comida influyen en bajar de peso o no. Tenemos dos formas de ver la comida:
- Es la enemiga porque me engorda, me inflama, no debería comerme eso tiene muchas calorías, hasta el agua me hace aumentar de peso, comer saludable no es agradable, para tener un peso estable debo aguantar hambre, etc.
- Es mi aliada para que mi cuerpo funcione de la mejor manera y escojo los mejores alimentos para mi bienestar.
Debemos cambiar nuestra relación con la comida, dejar de verla como nuestra enemiga (me engorda); debemos verla como nuestra aliada para nutrirnos, curarnos y protegernos. Teniendo en cuenta que tu cuerpo está diseñado para trabajar con nutrientes, no con comida chatarra o con ingredientes que no reconoce.
Como ves son dos visiones totalmente diferentes; cuando ves la alimentación como un vehículo para CUIDAR, RESPETAR Y AMAR tu cuerpo tomaras las mejores decisiones.
Por todo esto debemos de dejar de pensar que debemos hacer dieta para disminuir el peso, es mejor enfocarse en lo que me NUTRE y me SANA.